martes, 18 de noviembre de 2008

...MÁS...


Mikel tiró muy bien. En ocasiones se agarraba un buen cabreo cuando fallaba. Lo normal para un chaval de su edad con sangre en las venas.


Aquí el fotógrafo se jugó el bigote. Un leve espasmo => fotografo cadaver.


Mikel, con mirada asesina.



Por la mañana, al llegar, hacía un frío pelón.